DIPLOMADO EN URGENCIAS Y 
EMERGENCIAS MÉDICAS


¿Cómo clasificar la urgencia médica?
1. Urgencia de primera prioridad o emergencia: problemas que ocasionan fallas de los índices vitales o que tengan el riesgo de que estos fallen, por lo que generan un peligro vital inmediato (color rojo).
2. Urgencia de segunda prioridad: un problema sin peligro inmediato, pero que potencialmente puede
afectar los índices vitales y tener peligro vital en un tiempo mediato, en dependencia de la evolución; por
ejemplo, la apendicitis (color amarillo).
3. Urgencia de tercera prioridad: problemas agudos sin peligro vital. Por ejemplo, episodios agudos de
asma leve, amigdalitis bacteriana, fractura de tibia, etcétera (color verde).
4. Urgencia sentida: problema urgente solo para el paciente o la familia (estos casos deben ser tratados y, a su vez, orientados hacia la consulta que les corresponde). Esta es la mal llamada no urgencia; pero, en el orden social, no es adecuado llamarle no urgencia ante las expectativas de los pacientes y de sus familiares (estos casos pudieran clasificarse como de color blanco; pero no hay un consenso internacional).
Nota 1: la prioridad de los problemas crónicos y severos que tienen peligro vital constante y que es impreciso el momento de su descompensación, se determina por la severidad en el momento de la agudización.
Nota 2: en la atención a víctimas en masa por lesiones, intoxicaciones e infecciones, se aplican los códigos
de colores (rojo, amarillo o verde) para la selección de los pacientes o víctimas, con vistas a su tratamiento y
evacuación.
Principios de la urgencia médica
1. Diagnosticar y tratar los problemas funcionales y anatómicos (síndromes y estados fisiopatológicos).
2. Circunscribirse al problema que motivó la urgencia.
3. No desviar la atención hacia aquellos problemas que no sean de urgencia ni peligren la vida.
4. No investigar la causa nosológica. Si se diagnostica, es por evidencia clínica; pero esta no es la esencia
de ese momento. El diagnóstico nosológico se realiza durante el proceso de atención y puede llevar a
errores de conducta que lo conviertan en el primer problema para la actuación médica de urgencia.
5. Lo importante es mantener la vida, solucionar o mejorar el problema de urgencia. El diagnóstico exacto
se realizará después.
6. Por ejemplo, si hay disnea por edema, ese es el problema fundamental, no interesa la enfermedad que
lo causa. Si hay dolor anginoso, ese es el problema como cardiopatía aguda, no importa la variedad. Si hay
signos de edema cerebral o convulsión o falla respiratoria, esos son los primeros problemas a tratar.
7. La urgencia requiere una conducta médica inmediata con reflejos condicionados, por medio de protocolos, según los diferentes casos.
8. Se deben tomar las decisiones necesarias para el sostén vital y la evacuación, que garanticen la supervivencia y la calidad de vida en el primer momento. Los demás procederes, que también son
fundamentales, se llevarán a cabo después.
9. Es necesario observar los signos vitales y los estados de la conciencia del paciente, con acciones médicas
de evaluación prioritarias y, si hay alguna alteración, se debe llevar a cabo la conducta correspondiente
según los protocolos preestablecidos.
10. Al diseñar los protocolos de urgencia, se estudia, se piensa y se discute; pero en el momento de una urgencia médica, se aplican como si el médico fuera un robot que piensa y evalúa, nunca como un robot
mecánico.






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