Los padres son usualmente los primeros en reconocer cuando un hijo tiene un problema emocional o de comportamiento. Aún así, la decisión de buscar ayuda o consejo profesional puede ser dificil y dolorosa, pues, en muchas ocasiones, se hace difícil saber en qué momento esto es realmente necesario. Uno se resiste quizás porque considera que no le van a decir nada nuevo, o que en caso de hacerlo será cómo poner en entredicho su capacidad, como padre o adulto, de resolver determinado problema. Sin embargo, pedir ayuda, no sólo como padre, sino también desde cualquier rol o situación que la vida nos plantee, es una actitud de lo más madura y consciente, propia de alguien que usa su decisión y los medios qu están a su alcance para afrontar determinada problemática. Muchas veces no sabemos si es suficiente o no lo que nos está ocurriendo, a nosotros o a nuestros hijos, como para consultar a un especialista. Ese punto o límite es algo totalmente individual y subjetivo, que queda marcado de forma distinta por cada persona.

VISITANTES